Los smartphones se han convertido en nuestros amos y señores. Las razones son muchas: desde la adicción a las redes sociales, revisar las conversaciones de Whatsapp o algún otro medio, checar nuestra agenda, correos o las fotos que tomamos durante el día, jugar, ver videos, series o películas, hasta leer un libro o periódico sin necesidad de tocar un papel... En fin, las posibilidades que nos dan estos aparatos son enormes, pero las consecuencias de su uso excesivo, también.
Y uno de los hábitos más comunes es el de estar pegado al teléfono hasta altas horas de la noche. Mantener la vista en el celular hasta quedarnos dormidos es algo que muchos hemos hecho, ya sea para "arrullarte" antes de dormir o porque sufres de insomnio. Y es una pésima idea.
El reconocido doctor Daniel Siegel, quien es psiquiatra, maestro y director ejecutivo del Mindsight Institute, revela que el impacto de la luz de los teléfonos celulares en el sueño es tan grande, que podríamos estar afectando nuestra calidad de vida sin saberlo. Sucede que al ver el teléfono, exponemos nuestros ojos a la corriente de fotones que emite la pantalla, lo que básicamente se traduce en mandarle una señal al cerebro para que se mantenga despierto, y al mismo tiempo, al seguir activos revisando mensajes, correos, etc., se evita la secreción de melatonina (la hormona que controla el ciclo diario del sueño), pues le estamos indicando a nuestra mente que aún no es hora de dormir.
Peor aún, este mal hábito inicia un círculo vicioso que se traduce en mayor dificultad para dormir, porque de pronto nos damos cuenta de que ya es la medianoche y no hemos logrado conciliar el sueño, así que volvemos a tomar el teléfono, provocando no sólo que nuestras horas de sueño disminuyan, sino que sean de peor calidad.
Ahora se sabe que una de las funciones vitales del sueño es permitir que nuestras neuronas activas descansen, y que las celulas de soporte, llamadas células gliales, se encarguen de limpiar las toxinas que estas producen. El problema es que si no dormimos entre 7 a 9 horas cada noche (el tiempo promedio necesario para el 95 por ciento de las personas), las toxinas se mantienen en nuestro cerebro, y esto tiene impactantes consecuencias:
Dormir bien es tan importante para nuestra salud como una buena alimentación, y los problemas de sueño pueden repercutir seriamente en nuestra calidad de vida, pero por suerte, los consejos de este reconocido médico pueden ayudarnos a mantener una relación más sana con nuestros queridos smartphones.
PUBLICADO POR:DENISSE DÍAZ
Y uno de los hábitos más comunes es el de estar pegado al teléfono hasta altas horas de la noche. Mantener la vista en el celular hasta quedarnos dormidos es algo que muchos hemos hecho, ya sea para "arrullarte" antes de dormir o porque sufres de insomnio. Y es una pésima idea.
El reconocido doctor Daniel Siegel, quien es psiquiatra, maestro y director ejecutivo del Mindsight Institute, revela que el impacto de la luz de los teléfonos celulares en el sueño es tan grande, que podríamos estar afectando nuestra calidad de vida sin saberlo. Sucede que al ver el teléfono, exponemos nuestros ojos a la corriente de fotones que emite la pantalla, lo que básicamente se traduce en mandarle una señal al cerebro para que se mantenga despierto, y al mismo tiempo, al seguir activos revisando mensajes, correos, etc., se evita la secreción de melatonina (la hormona que controla el ciclo diario del sueño), pues le estamos indicando a nuestra mente que aún no es hora de dormir.
Peor aún, este mal hábito inicia un círculo vicioso que se traduce en mayor dificultad para dormir, porque de pronto nos damos cuenta de que ya es la medianoche y no hemos logrado conciliar el sueño, así que volvemos a tomar el teléfono, provocando no sólo que nuestras horas de sueño disminuyan, sino que sean de peor calidad.
Ahora se sabe que una de las funciones vitales del sueño es permitir que nuestras neuronas activas descansen, y que las celulas de soporte, llamadas células gliales, se encarguen de limpiar las toxinas que estas producen. El problema es que si no dormimos entre 7 a 9 horas cada noche (el tiempo promedio necesario para el 95 por ciento de las personas), las toxinas se mantienen en nuestro cerebro, y esto tiene impactantes consecuencias:
- Provoca que la atención decaiga.
- Hay un deterioro de la memoria.
- Nuestra habilidad para pensar y resolver problemas se ve comprometida.
- Los niveles de insulina que regulan nuestro organismo se alteran, por lo que corremos más riesgo de subir de peso y comer más
Dormir bien es tan importante para nuestra salud como una buena alimentación, y los problemas de sueño pueden repercutir seriamente en nuestra calidad de vida, pero por suerte, los consejos de este reconocido médico pueden ayudarnos a mantener una relación más sana con nuestros queridos smartphones.
PUBLICADO POR:DENISSE DÍAZ